¡Hola a todos!
Soy Laura, tengo 24 años y hace poco tuve la suerte de ganar la lotería. Con ese golpe de suerte, decidí dar un paso gigante en mi vida: comprarme un chalet a las afueras de Madrid. La casa es una maravilla, justo como la imaginaba, pero había algo que faltaba para que fuera perfecta: una piscina. Siempre había soñado con tener una en mi hogar, así que me puse manos a la obra para hacerlo realidad.
Me gustaría compartir con vosotros todo el proceso. Si alguna vez has pensado en tener una piscina en casa, seguro que mi experiencia te puede ayudar.
Explorando todos los tipos de piscinas
Lo primero que hice fue investigar las opciones que tenía. No tenía ni idea de que había tantos tipos de piscinas y que cada una tenía sus propias ventajas y desventajas.
1º Piscinas de obra (hormigón)
Estas son las piscinas clásicas, las que se construyen desde cero con hormigón y se pueden personalizar completamente en cuanto a tamaño y diseño. Puedes hacerlas con escalones, con zonas de distintas profundidades, con borde infinito… lo que quieras. Si tienes una idea muy concreta en mente, esta es la mejor opción porque se adapta a lo que necesites. Además, su durabilidad es impresionante, pueden durar décadas si se les da el mantenimiento adecuado.
La desventaja es que su construcción puede tardar varias semanas y cuestan bastante dinero. Requieren excavación, estructura reforzada y acabados detallados, lo que hace que el precio se dispare. Además, su mantenimiento es regular, ya que hay que vigilar constantemente el pH y el cloro para evitar algas y bacterias. A largo plazo, es una buena inversión, pero requiere tiempo y dinero.
2º Piscinas de fibra de vidrio
Estas piscinas vienen prefabricadas, lo que significa que su instalación es rápida y sencilla. En cuestión de pocos días, puedes tenerla lista para disfrutar. Son muy resistentes y fáciles de mantener porque su superficie lisa evita que la suciedad y las algas se acumulen, lo que reduce el uso de productos químicos. En cuanto al diseño, hay opciones limitadas, ya que vienen en modelos predefinidos, pero suelen incluir formas modernas y funcionales, así que hay buenas alternativas para elegir.
Una de sus mayores ventajas es que son cómodas y agradables al tacto, ya que no tienen bordes afilados ni superficies rugosas. Su precio es intermedio y la relación calidad-precio es bastante buena. Son perfectas para los que quieren una piscina duradera sin tantas complicaciones en la instalación y el mantenimiento.
3º Piscinas de liner (lámina de PVC)
Son estructuras revestidas con una lámina de PVC, lo que las hace más asequibles y relativamente fáciles de instalar. Son una buena opción para quienes buscan algo funcional sin invertir demasiado. Permiten cierta personalización, aunque no tanta como las de hormigón, pero puedes elegir entre diferentes colores y texturas para darle un toque más atractivo.
La principal desventaja es que el liner puede desgastarse con el tiempo y necesitar reemplazo cada varios años, especialmente si no se cuida bien. Con el sol y los productos químicos, la lámina puede debilitarse y generar fugas, lo que implica reparaciones. Su mantenimiento es similar al de las piscinas de obra, con controles regulares del agua para evitar algas y problemas de filtración. Son una buena opción para presupuestos ajustados o para quienes quieren una solución rápida sin demasiadas complicaciones.
4º Piscinas naturales
Son ecológicas y utilizan plantas acuáticas en lugar de productos químicos para mantener el agua limpia. Son una opción ideal para los amantes de la naturaleza y aquellos que buscan un espacio más armónico en su jardín. Se integran perfectamente en jardines con diseños naturales y crean un ambiente relajante, como si tuvieras un pequeño lago privado en casa.
Sin embargo, requieren un espacio mayor para las zonas de regeneración y hay que cuidar bien el equilibrio biológico para que funcione correctamente. No es tan sencillo como llenar una piscina y olvidarse, ya que es necesario mantener las plantas en buen estado y asegurarse de que el ecosistema esté equilibrado. Su precio puede ser similar o incluso superior al de una piscina de obra tradicional debido a la necesidad de crear un sistema de filtración natural eficiente. Son una opción preciosa, pero requieren un compromiso mayor en su cuidado.
Considerando los costos y el mantenimiento
Después de analizar las opciones, decidí profundizar en los costos y el mantenimiento que implica cada tipo de piscina. No solo es importante el precio inicial de la instalación, sino también los gastos de mantenimiento que tendré a lo largo del tiempo.
Costos de construcción
- Piscinas de obra: Son las más caras porque requieren mucha mano de obra y materiales de construcción. Dependiendo del diseño, el precio puede dispararse, sobre todo si se añaden extras como iluminación subacuática, sistemas de climatización o bordes infinitos. Sin embargo, su durabilidad es muy alta y pueden mantenerse en buen estado durante décadas si se cuidan bien.
- Piscinas de fibra de vidrio: Tienen un precio medio, ya que al ser prefabricadas reducen el tiempo y los costos de instalación. Son una opción interesante porque incluyen estructura y revestimiento en una sola pieza, lo que minimiza problemas futuros de filtraciones o reparaciones. Además, al no necesitar tanta obra, los costos adicionales, como permisos o excavaciones complejas, suelen ser menores.
- Piscinas de liner: Son las más asequibles al principio, aunque el revestimiento puede necesitar reemplazo con los años, lo que supone un costo extra a largo plazo. Son una alternativa atractiva si buscas algo funcional y económico, pero hay que tener en cuenta que el liner puede dañarse con el uso frecuente o con productos químicos mal equilibrados.
- Piscinas naturales: Su precio inicial puede ser tan alto como el de una piscina de obra, ya que requiere la creación de zonas especiales para la depuración natural del agua. Además, si se quiere una integración más estética en el paisaje, puede ser necesario invertir en diseño de jardines, lo que incrementa el presupuesto.
Mantenimiento
- Piscinas de obra y liner: Requieren vigilancia constante del agua (pH y cloro) para evitar problemas de suciedad y algas. Es necesario revisar periódicamente el sistema de filtración, limpiar las paredes y controlar el nivel de agua, especialmente en verano cuando la evaporación es mayor.
- Piscinas de fibra de vidrio: Son más fáciles de limpiar gracias a su superficie lisa, lo que reduce ligeramente el trabajo de mantenimiento. Además, al tener menos porosidad, el uso de productos químicos puede ser menor, lo que también ayuda a reducir los costos a largo plazo.
- Piscinas naturales: No utilizan productos químicos, pero hay que mantener el equilibrio ecológico y asegurarse de que las plantas acuáticas y el sistema de filtración natural funcionen bien. También es importante evitar que hojas o residuos alteren el ecosistema, lo que implica una limpieza manual frecuente. Aunque el mantenimiento es diferente al de una piscina tradicional, es igualmente necesario para garantizar que el agua esté siempre en condiciones óptimas.
La mejor parte fue el asesoramiento profesional
Con toda esta información, aún me sentía un poco indecisa. Quise asegurarme de que estaba tomando la mejor decisión, así que busqué asesoramiento profesional. Descubrí Rama Piscinas, una empresa especializada en la instalación de piscinas cerca de mi nueva casa. Contacté con ellos y desde el primer momento me dieron una atención impecable.
Me ayudaron a evaluar mis necesidades y me recomendaron una piscina de fibra de vidrio. Me convencieron porque son duraderas, requieren poco mantenimiento y se instalan rápidamente. Me mostraron varios modelos y encontré uno que encajaba perfectamente con mi jardín.
Mi elección y el proceso de instalación
Después de tomar la decisión, comenzamos con el proceso de instalación. Fue una experiencia emocionante y sorprendentemente rápida.
Primero, nos tomamos un tiempo para elegir el diseño adecuado. Quise asegurarme de que el modelo se adaptara perfectamente al espacio de mi jardín y al estilo general de mi casa. Finalmente, opté por una piscina de 8 metros con una zona de descanso integrada, ideal para relajarme y disfrutar de los días soleados.
Una vez decidido el diseño, comenzó la preparación del terreno. La excavación fue impresionante de ver: en pocos días el jardín pasó de ser un simple terreno a tener un enorme hoyo listo para recibir la piscina. El equipo trabajó con gran precisión para asegurar que la base estuviera bien nivelada.
Cuando llegó el gran día, la piscina prefabricada fue transportada en camión y colocada cuidadosamente en su lugar. Fue increíble ver cómo encajaba perfectamente en el espacio excavado.
Después, instalaron los sistemas de filtración y depuración. Opté por un clorador salino para evitar el uso excesivo de productos químicos y asegurarme de que el agua fuera más saludable.
Finalmente, llegó el momento de llenar la piscina. Fue un instante mágico ver cómo poco a poco cobraba vida. Luego, realizaron pruebas del sistema y me enseñaron a hacer el mantenimiento básico.
Ahora, sí que podía decir que mi casa estaba completa.
¡Disfrutando de mi piscina!
Ahora, con la piscina lista, disfruto cada día de mi pequeño paraíso en casa. Para hacerla aún más especial, compré algunos accesorios:
- Luces LED sumergibles para bañarme de noche con un ambiente relajante.
- Un robot limpiafondos que hace el trabajo por mí.
- Una cubierta térmica para mantener la temperatura del agua.
- Flotadores y juegos acuáticos para disfrutar con amigos.
Cada fin de semana se ha convertido en una fiesta en mi casa. Barbacoas, tardes de sol y agua, e incluso sesiones de natación en la mañana como parte de mi rutina de ejercicio.
Si estás pensando en instalar una piscina, mi consejo es que investigues bien, compares precios y busques asesoramiento profesional. Es una inversión que ha cambiado mi manera de disfrutar mi hogar.
¡Nos vemos en la piscina!