Nuestra habitación es el entorno más personal y seguro que tenemos desde nuestra infancia ¿verdad? Tanto es así, que cuando nos hacemos adultos y nos mudamos a una casa que es entera para nosotros, seguimos preocupándonos más por cuidar el aspecto de nuestra propia habitación que el resto de la casa, ya que allí es donde más seguros nos sentimos desde pequeños.
En este contexto, la decoración guarda un papel clave ya que refleja nuestro estilo y forma de ser, además de permitirnos disfrutar en ella de nuestras pasiones y gustos de forma totalmente cómoda e íntima, y por ello nos encontramos dormitorios y habitaciones personales de todo tipo: ambientadas de forma moderna, rústicas, románticas, “gamers” y también en estilo “kawaii” o adorable.
Y es que, a pesar de que muchas personas sientan rechazo hacia este último estilo porque argumentan que es demasiado infantil para que un adulto lo disfrute, lo cierto es que este estilo recoge lo mejor de nuestra infancia y adultez, permitiéndonos crear un espacio seguro, positivo y colorido que nos ayuda a combatir cualquier problema cuando llegamos a casa y nos guardamos en él.
Quédate a conocer la historia de cómo decoré mi cuarto en este estilo tan peculiar y bonito, y toma nota si quieres transformar tu habitación y acoger a unos cuantos peluches en ella.
¡Empezamos!
Qué es el estilo kawaii y por qué puede cambiar nuestro cuarto para siempre.
Conozco el estilo kawaii desde siempre, desde que veía cuando era pequeña los dibujitos de “Hello Kitty” en la televisión antes de ir al colegio, y mi madre me hacía trencitas en el pelo con gomas de animalitos; de hecho, creo que todos lo conocemos cuando somos pequeños, solo que no lo sabemos porque lo encontramos dentro de lo normal, de lo “infantil” que supone ser un niño pequeño.
Nuestro cuarto estaba repleto de peluches, juguetes y decoraciones infantiles que nos hacían ver el mundo de forma colorida, positiva y alegre. Sin embargo, a medida que crecemos la mayoría de nosotros nos volvemos más serios en torno a este estilo, ya que relacionamos la madurez con el hecho de dejar de comportarnos como unos niños, con todo lo que esto conlleva. Sin embargo, el estilo y la decoración no tienen por qué determinar lo profesionales que somos en el trabajo, o lo serios que somos en una relación ¿verdad? De hecho, queda más que demostrado que la mayoría de adultos que se comportan como tal, sienten debilidad hacia los animalitos, los peluches o algunos dibujos animados conocidos como “anime” o manga, en su versión leída, y nosotros preguntamos ¿por qué nos privamos de disfrutar este estilo?
El estilo kawaii defiende que podemos recuperar todos estos hábitos decorativos de nuestra infancia fusionándolos con nuestra adultez, para poder tener felices a nuestro pequeño niño interior en todo momento. Por eso precisamente digo que puede cambiar nuestra habitación para siempre: porque si nos preocupamos en decorarla con las cosas que nos hacen felices y que nos recuerdan a tiempos de nuestra infancia memorables, nuestro corazón se sentirá aliviado en muchos sentidos ¡como me pasó a mí!
Elementos que nos permiten decorar nuestra habitación en ese estilo.
Como bien dicen los profesionales de Sergio Nisticò Interior Design, tanto el mobiliario como la decoración deben encajar a la perfección a la hora de decorar un entorno para que podamos lograr reflejar lo que deseamos en todo momento, y por ello, lo primero que hice antes de lanzarme a decorar sin más fue informarme acerca de este estilo.
Lo que saqué en clave fue lo siguiente:
- Los tonos importan.
Los colores importan en cualquier decoración que hagamos, eso está claro, pero en la decoración kawaii los colores no pueden ser cualquiera sin más; deben ser colores de tonalidades pastel.
Ya que la habitación kawaii refleja un espíritu adorable e infantil, me planteé usar colores como el rosa pastel y el blanco para crear un espacio estético y armonioso que inspirara la habitación de toda una princesa.
- Los muebles deben ser amplios.
Asimismo, es importante tener en cuenta que este tipo de decoraciones acoge muchos elementos decorativos, por lo cual los muebles deben ser amplios. En mi caso, compré una mesa grande con muchos cajones, una estantería vertical blanca con 5 baldas de altura, un carro con ruedas de 3 niveles y varios estantes color blanco ¡y cuidado con los colores! Recuerda no mezclar colores fuertes con las paredes de tonos pastel, tenlo en cuenta.
- Agrega peluches y juguetes por doquier.
El estilo kawaii refleja nuestros sentimientos más profundos hacia lo adorable y lo infantil, por lo que es crucial agregar peluches de animales, de nuestra series o juegos favoritos a cualquier rincón (camas, armario, baldas) para darle ese toque especial que tanta diferencia este estilo.
Los juguetes también son importantes; agrega los juguetes favoritos de tu infancia para rellenar el hueco de las estanterías y las baldas.
- Usa pegatinas siempre que puedas.
Personalmente siempre me han gustado las pegatinas, pero he de admitir, que para decorar un cuarto kawaii son totalmente imprescindibles. Para ello, pegué una serie de pegatinas con temáticas diferentes en cada cajón, en los filos de mi armario y en mi pared ¡quedó todo totalmente adorable!
Y como punto extra, te aconsejo pegar alguna pegatina que se ilumine en la oscuridad en el techo, ya que así parecerá que ves el cielo estrellado cuando vas a dormir.
- Usa colchas bonitas para tu cama.
La cama es uno de los puntos principales para la estética kawaii; algunos usan una mosquitera que caiga dulcemente sobre el suelo para que se asemeje al cuarto de una princesa, y otros, añaden un cabecero romántico.
En mi caso, elegí centrarme en la colcha ya que tengo una cama nido, y la decoré con colchas llenas de flores o de animales (además de agregar peluches, por supuesto). Los cojines largos en forma de gato también son una buena opción ¡no lo olvides!
- Recuerda: esta habitación es tu espacio especial.
A veces, me sentía un poco rara al ver el resto de la casa en comparación con mi habitación, pero créeme; merece la pena. Tu habitación reflejará todos tus gustos, y si te encanta este estilo, te sentirás como en casa en cuanto entres en ella.
Personalmente es el rincón que más adoro de mi casa, y puedo pasarme en ella horas, ya que no se compone solamente de peluches y juguetes, sino que también tiene mi escritorio con mi ordenador y mis hobbies los cuales puedo disfrutar en el mismo lugar. Recuerda que se trata de disfrutar de este estilo complementándolo con tus hábitos adultos, así que realmente ¡no hay ningún problema!