El vino tinto contiene poderosos antioxidantes y una copa al día tiene muchos beneficios para la salud. En España, la Ley del Vino de 2003 reconoce la condición del vino como componente esencial de la Dieta Mediterránea.
Incrementa los niveles de colesterol HDL (bueno) y disminuye el colesterol LDL (malo). Muchas personas no saben si pueden tomar una copa de vino por la noche.
Es cierto que el alcohol es muy perjudicial si lo tomas antes de acostarte, pero los expertos explican que si te tomas entre media y una copa entera, sí tiene ventajas para el organismo.
Las personas que beben vino tienen menos probabilidades de ser obesos y con niveles más bajos de colesterol en sangre. Esta bebida incrementa la producción de endorfinas y ayuda a bajar de peso por un gen que impide que se formen células de grasa.
Beber demasiado alcohol provoca hipertensión, sin embargo, beber una copa de vino al día tiene el efecto contrario, ya que baja la tensión después de una comida.
Esta bebida contiene vitaminas, minerales, ácidos, aminoácidos, polifenoles, antioxidantes, zinc, fósforo y magnesio. Varios estudios han comprobado que el vino puede evitar que aparezca la aparición de aterosclerosis causada por la degeneración de las arterias.
Para saber si un vino está bueno debes comprobar el color. Un blanco joven equivaldría a un amarillo pálido, o pajizo verdoso. Pero un tinto con muchos años en barrica obtendrá un rojo teja, tenderá a anaranjado.
Si notas que el tinto tiene un olor a corcho, vinagre, exceso de alcohol que todo lo invade, fruta pasada, incluso papilla de frutas y galleta…, son signos de contaminación o error en su elaboración.
El vino se debe tomar a una temperatura adecuada para conservar sus aromas y su sabor. Los vinos blancos del año sin barrica y rosados, entre los seis y los ocho grados de temperatura.
Los vinos blancos con barrica entre los 10 y los 12 grados. Sin embargo, debes servir un vino tinto joven sin barrica a 14 grados. En los vinos tintos con crianza la temperatura de servicio debería estar en 16 grados.
No te olvides de servir los vinos espumosos de escasa entidad, finos y manzanillas, a unos 8 grados. Y los vinos espumosos de calidad a unos 10-12 grados.
Nunca se debe tomar un vino a más de 20 grados, pero si lo tomas muy frío, es decir, en torno a 2 o 4 grados, no se podrán percibir sus aromas.
Los expertos explican que debes beber el vino en una copa de cristal fino y transparente, para que no pueda influir en la percepción de los aromas, colores y sabores.
No es recomendable servir el vino nada más salir del refrigerador, por lo que es mejor esperar unos minutos para poder tomarlo con todos sus aromas y matices
Si tienes una cena y no sabes qué copa elegir para servir un vino tinto. Desde Giona Premium Glass aconsejan la copa burdeos, que tiene el cuello cerrado aunque no estrecho y el cáliz es alargado y alto. El cuello largo permite que la copa se pueda agitar para despertar los aromas.
No se debe utilizar la misma copa para probar diferentes vinos, y si lo haces, tienes que enjuagar la copa con unas gotas del próximo vino que vayas a probar.
«La forma correcta de agarrar una copa es por el tallo. La razón principal tiene que ver con la temperatura: el vidrio es un buen transmisor del calor. Nuestro cuerpo está a 37 grados y es capaz de calentar el vino mientras se consume. Esto es especialmente importante en el caso del vino blanco donde la temperatura de servicio está entre 6 y 8 grados», informan desde el periódico digital Okdiario.
Es importante llenar la copa con la cantidad adecuada según del vino que se trate. No te pierdas las siguientes recomendaciones:
Vino tinto
Si es vino tinto se recomienda llenar la copa hasta la mitad o menos. Pero si se trata de un vino joven puedes ser más generoso con la cantidad.
Si es un crianza o reserva, debes servir hasta un tercio de la copa para agitar cómodamente la copa.
Vino blanco
Si es vino blanco puedes llenar la copa hasta la mitad o más, porque así conserva mejor la temperatura.
Vino rosado o generoso
Estos vinos son ligeros, por lo que puedes llenar la copa hasta la mitad. El cava o champán, servido en copa de tubo, se sirve prácticamente hasta el borde. Pero es importante llenar la copa en dos tiempos.
¡Sigue estos consejos para elegir la copa adecuada!