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No olvides cuidar tu salud bucal mientras estás de viaje

Los viajes son momentos emocionantes y llenos de aventuras, pero también pueden suponer un desafío para mantener una buena salud bucal. Durante el ajetreo y el cambio de rutina, es fácil descuidar los cuidados dentales básicos, lo que puede llevar a problemas dentales incómodos e incluso dolorosos. Por eso, es importante prestar especial atención a los cuidados dentales antes, durante y después de un viaje para preservar la salud bucal y disfrutar plenamente de la experiencia.

Antes del viaje, es fundamental realizar una visita al dentista para asegurarse de que la boca esté en óptimas condiciones y abordar cualquier problema dental existente. Durante esta visita, el dentista puede realizar una limpieza profesional para eliminar la placa y el sarro acumulados, así como identificar y tratar cualquier caries, enfermedad de las encías u otros problemas dentales que puedan necesitar atención. Además, es importante asegurarse de tener suficiente suministro de productos dentales básicos, como cepillos de dientes, pasta e hilo dentales, para todo el viaje.

Durante el viaje, mantener una rutina de cuidado dental regular es clave para preservar la salud bucal. Aunque puede ser tentador descuidar los cuidados dentales debido a un horario ocupado o a la fatiga del viaje, es importante hacer un esfuerzo consciente para cepillarse los dientes al menos dos veces al día y usar hilo dental diariamente. Además, se deben evitar los alimentos y bebidas azucarados y pegajosos que pueden contribuir a la formación de placa y caries. En este sentido, los expertos dentistas de la Clínica Gaudí nos recuerdan que, si es posible, siempre debemos llevar un kit de viaje compuesto por un cepillo de dientes, pasta e hilo dentales y siempre lo debemos de llevar en la bolsa de viaje para facilitar el cuidado dental mientras se está fuera de casa.

Además de mantener una buena higiene bucal, también es importante proteger los dientes durante el viaje. Si se participa en actividades al aire libre o deportes de aventura, es recomendable usar un protector bucal para prevenir lesiones en los dientes y las encías. Del mismo modo, es importante evitar morder objetos duros, como hielo o caramelos duros, que pueden dañar los dientes y provocar fracturas o astillas.

Después del viaje, es importante retomar una rutina de cuidado dental regular y hacer una visita de seguimiento al dentista si es necesario. Durante esta visita, el dentista puede evaluar cualquier cambio en la salud bucal que pueda haber ocurrido durante el viaje y proporcionar cualquier tratamiento adicional que sea necesario. Además, es importante estar atento a cualquier síntoma de problemas dentales, como dolor, sensibilidad o inflamación, y buscar atención dental si es necesario.

¿Qué problemas bucales surgen habitualmente durante un viaje?

Durante un viaje pueden surgir una variedad de problemas bucales debido a cambios en la rutina, la dieta y el entorno, así como a factores como el estrés y la fatiga del viaje. En este sentido, algunos de los problemas bucales más comunes que pueden ocurrir durante una escapada son:

  • Dolor de muelas o sensibilidad dental: el cambio en la dieta, el estrés del viaje y la falta de acceso a los productos dentales habituales pueden aumentar el riesgo de dolor de muelas o sensibilidad dental. Además, las caries existentes pueden empeorar debido a una higiene dental inadecuada durante el viaje.
  • Gingivitis y enfermedad de las encías: la falta de una rutina de cuidado dental regular y el estrés del viaje pueden aumentar el riesgo de inflamación de las encías y enfermedades periodontales como la gingivitis. Esto puede provocar encías rojas, inflamadas o sangrantes, así como mal aliento.
  • Úlceras bucales o aftas: el estrés, la fatiga y los cambios en la dieta pueden aumentar la probabilidad de desarrollar úlceras bucales o aftas durante un viaje. Estas lesiones dolorosas en la boca pueden dificultar la alimentación y el habla, lo que puede afectar negativamente la experiencia de viaje.
  • Dolor de mandíbula o trastornos temporomandibulares (TMJ): el estrés del viaje y las posturas incómodas durante los viajes en avión, tren o automóvil pueden aumentar la tensión en los músculos de la mandíbula, lo que puede provocar dolor de mandíbula o exacerbación de trastornos temporomandibulares preexistentes.
  • Fracturas o astillas dentales: morder objetos duros, como hielo o caramelos duros, o participar en actividades al aire libre o deportes de aventura sin un protector bucal adecuado puede aumentar el riesgo de fracturas o astillas dentales durante un viaje.
  • Infecciones bucales: la falta de higiene dental adecuada, la exposición a bacterias o virus en entornos desconocidos y la fatiga del viaje pueden aumentar el riesgo de desarrollar infecciones bucales, como la candidiasis oral o la infección por hongos.

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