Hay que cuidar de nuestro hogar y hacer los cambios que consideremos oportunos en él para hacer posible que la comodidad sea la nota dominante día a día. Debemos tener en consideración que, por estadística, este es el lugar en el que pasamos más tiempo a lo largo del año. Por tanto, a nadie debería extrañarle que sean cada vez más los propietarios de viviendas o pisos que le estén dando continuamente vueltas a la cabeza con el firme propósito de que su hogar cumpla con las necesidades de las personas que viven en su interior. Y es que, a veces, no es necesario cambiar de vivienda para ganar en felicidad y comodidad. Basta con hacer pequeños ajustes dentro de nuestro domicilio actual.
La rehabilitación de edificios se ha convertido en habitual en el interior de nuestras fronteras durante los últimos años. Debemos tener en cuenta que buena parte del parque de viviendas español tiene ya una edad avanzada y se ha quedado antiguo tanto por dentro como por fuera. Eso exige que se realicen reformas o rehabilitaciones, y es precisamente eso lo que vienen a cometiendo muchas familias españolas incluso antes de que llegara la pandemia, momento en el cual mucha gente empezó a ser consciente de que este tipo de cambios era más necesario que nunca. Modernizar las viviendas de nuestro país es un objetivo prioritario también para las instituciones públicas, que vienen ofreciendo ayudas en este sentido a las diferentes familias y propietarios.
Además, las rehabilitaciones que se vienen produciendo en el interior de nuestras fronteras tienen un marcado componente energético. Y es que uno de los objetivos que se persiguen con todas estas rehabilitaciones es el de ahorrar energía para rebajar las diferentes facturas y para colaborar de una manera mucho más importante con el medioambiente. La sociedad está más concienciada que nunca al respecto de este tema y sabe perfectamente que el ahorro en el consumo de cada vivienda es fundamental para conseguir mejorar el estado de nuestro entorno, un entorno degradado y al que hay que sacar de la UCI.
En una información publicada por el diario El País se hablaba de la necesidad de rehabilitar las viviendas españolas de tal modo que fueran lugares descarbonizados, resilientes e inclusivos. El propósito en muchas ocasiones consiste en hacer posible que la propia vivienda nos proteja del calor extremo que se vive en muchas de las zonas de nuestro país durante el verano y del frío tan intenso que azota especialmente al centro peninsular. Eso nos permite no tener que depender tanto de la energía y conseguiría que, sin perder un ápice de calidad de vida, encontráramos la posibilidad de mejorar la situación de nuestro planeta.
Queremos ofreceros ahora un dato que muestra la relevancia que detiene realizar rehabilitaciones de manera colectiva. Se trata de un dato que publicaba el diario Idealista en su página web y que ejemplifica perfectamente lo que os veníamos comentando en los párrafos anteriores: la rehabilitación de edificios poco eficientes podría ayudar a reducir la factura energética en 50.000 millones de euros. Casi nada. Teniendo en cuenta que el 46% manifestaba estar preocupado por la cuantía a la que iban a ascender sus facturas, conocer este dato no está nada mal porque muestra el camino a seguir y los beneficios que se derivan de él y que, a fin de cuentas, nos van a ayudar a todos y todas.
Pero la buena rehabilitación de un hogar también depende de otras cosas. El factor energético podríamos decir que es capital en los tiempos en los que nos movemos, pero uno no se puede olvidar nunca del diseño de los interiores. Hablamos de una de las cuestiones que va a tener una incidencia más grande en la comodidad con la que vivimos en nuestra casa o piso. Existe la necesidad de que el espacio que habitamos no nos agobie, que nos permita movernos por casa sin la menor dificultad y que, al mismo tiempo, refuerce la seguridad del lugar. Solamente con esto, vamos a experimentar una mejora sustancial en lo que respecta a la habitabilidad de nuestra propia casa.
La rehabilitación de nuestro hogar y de los espacios interiores que lo componen se ha convertido en una demanda necesaria para aquellas personas que deseaban un impulso en lo que a la habitabilidad de su domicilio se refiere. Eso es lo que ha provocado que exista una mayor cantidad de trabajo que nunca en entidades como Bayeltecnics, un estudio de interiorismo de Barcelona con sobrada experiencia dentro de este campo y cuyos profesionales manifiestan que estamos en un periodo en el que, por suerte, hay una conciencia muy grande al respecto de todas aquellas cosas y detalles que pueden hacer mejor la vida diaria en casa.
La redistribución de los espacios es una actividad que hasta hace no demasiado tiempo no recibía la atención que merecía en España, aunque sí en otros países. Por suerte, la globalización ha traído hasta España estas mejoras y ha sido posible que gracias a eso se produzcan avances significativos en lo que a la calidad de vida de la gente se refiere. Y ojo, que en muchas ocasiones no se requiere de cambios que sean muy agresivos. Simplemente hace falta tocar levemente algunas cosas, mejorar algunos espacios concretos de nuestra vivienda, para que el cambio sea enorme y notemos en primera persona esa abismal diferencia.
El teletrabajo nos obliga a pensar en la redistribución de espacios
Con la pandemia, se desarrolló la necesidad de teletrabajar entre los y las profesionales de diversos sectores. Era la única manera que tenían muchos negocios de seguir operativos sin correr el riesgo de que su personal se pudiera contagiar en algún momento. Y, como es lógico, eso hizo que muchas personas que hasta entonces siempre habían trabajado en una oficina empezaran a pensar en dedicar un espacio de su vivienda a utilizar el ordenador del trabajo y hacerlo de la manera más cómoda posible. Seguro que conocéis a alguien que ha pasado por esta situación, si es que no sois vosotros o vosotras mismas quienes la habéis vivido.
Ponerse a trabajar desde casa sin tener en cuenta esa necesidad de redistribuir espacios no es una buena idea. En primer lugar, por nuestra propia comodidad. No disponer de un espacio habilitado para trabajar hará que tengamos que pasar muchas horas sentados en el sofá o en la mesa del salón, lo que no será idóneo de cara a mantener una postura adecuada de trabajo. En segunda instancia, la eficiencia será otra de las grandes perjudicadas si se alcanza una situación como la de trabajar sin modificar espacios dentro de nuestra casa o piso. No estar cómodos ni bien sentados hará que no consigamos resolver nuestras tareas del modo que se espera de nosotros y nosotras.
La redistribución de espacios en una oficina también es muy importante
Del mismo modo en que una vivienda puede requerir una modificación de sus espacios interiores, una oficina también puede precisar de algunos cambios para conseguir sacar todo el potencial de cada una de las personas que componen la plantilla de una empresa. Si observáis la distribución de los espacios de una oficina en los años ochenta y la de una actual, veréis que no tiene nada que ver. En la primera de esas dos épocas, la apuesta consistía en dividir el espacio en muchas pequeñas estancias, mientras que ahora se lleva un diseño más abierto, en el que haya mayor cantidad de espacios que no cuenten con la siempre molesta presencia de obstáculos de todo tipo.
El espacio en el que se trabaja siempre tiene una importancia muy grande en la consecución de todos y cada uno de los objetivos que nos marcamos como entidad. Por ese motivo, son muchas las empresas que han tenido en cuenta este asunto para mejorar la productividad de su gente. Y los resultados en la inmensa mayoría de los casos están siendo más que satisfactorios. No es de extrañar que todo el mundo siempre tenga este asunto en cuenta de cara a realizar sus trabajos de la manera más eficaz posible, algo que, en un mundo tan competitivo como en el que nos movemos, constituye una necesidad total y absoluta con independencia de la magnitud de la empresa y el sector en el que esta se encuadre.
No cabe la menor duda de que este asunto va a seguir siendo analizado con lupa por parte de cualquier entidad. Ni que decir tiene que es una de las primeras cosas que se tiene en consideración para potenciar la eficiencia de todas y cada una de las personas que forman parte de la entidad. Y es que de ellas depende que la empresa sea rentable a corto, medio y largo plazo. El factor humano es el más importante en el seno de una entidad que tenga ánimo de lucro (y en las que no, también) y hacer posible que se realice su actividad con el máximo grado de comodidad y de seguridad siempre va a tener una influencia de lo más positiva en su trabajo.
